Seguridad, ¿que seguridad?

Ante una situación de inseguridad, es decir, donde peligra nuestra integridad o la de nuestro hogar o pertenencias, es normal que tendamos a pensar en medidas para protegernos. Podemos encontrar todo tipo de sistemas y compañías que nos ofrecen medios tecnológicos para ello. Cámaras, sensores, alarmas, cierres, videovigilancia, ....

Esta seguridad, que podríamos llamar “defensiva”, actúa frenando el problema, pero no ayuda a solucionar su causa. Incluso nos aísla de la raíz del problema, haciendo que sigamos en el día a día sin afrontar la raíz de la falta de seguridad. Además también es individualista, y sólo hace que desplazar el problema a otro sitio.Càmera al carrer de la Cort de Valls

Cuando hablo de "seguridad defensiva" sé de lo que hablo, porque viví un tiempo en Israel, donde el tema de la seguridad está llevado al máximo. En los aeropuertos, en los autobuses, pero también en centros comerciales... Detectores, policías armados, .... Si fuerais a un asentamiento, todavía es más extremo: cámaras, torres de vigilancia, campos de minas y vallas electrificadas, y los que viven van armados. Y sin embargo, no es el lugar donde uno se siente más seguro.

Lo explico porque los elementos de la seguridad defensiva nos dan una falsa tranquilidad, pero nos recuerdan cada día que estamos en peligro, haciendo que vivamos con un miedo interno del que a menudo ni somos conscientes, y las mismas rejas que nos protegen son las que hacen que vivamos encerrados en nuestra propia cárcel, pudiendo continuar el día a día ajenos a la causa real de la inseguridad.

La seguridad real es la de no tener enemigos, y si tienes, el trabajo principal debería ser entender a la otra parte, respetarla e intentar hacer las paces. De un palestino escuché que si lo que se gasta Israel con helicópteros y con la opresión militar se lo gastara en cooperar con ellos, la situación sería muy distinta...

Ante la inseguridad, si lo que priorizamos es analizar la raíz y la causa de la inseguridad y lo trabajamos, estaremos caminando hacia una seguridad que yo llamo seguridad empática. En ésta no nos quedamos sólo con nuestro problema de inseguridad sino que intentamos entender el problema de las personas que nos causan la inseguridad, y tratamos de solucionarlo por todos. Por eso esta seguridad es más real ya que vamos a solucionar las causas de raíz.

Parte del problema es también la dicotomía a que todo se reduce. Buenos y malos, agresor y víctima. En las películas hay unos malos, muy malos a los que vencer o cerrar entre rejas. La realidad es diferente, todos somos personas, y el agresor muchas veces es víctima a la vez. Ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos. Con demasiada frecuencia alguien que delinque es una persona que tiene problemas y al que hay que ayudar.

La seguridad que yo quiero es la de saber que vivo en una ciudad que se preocupa por todas las personas, sobre todo por las más vulnerables, no una que estigmatiza y margina a aquellas que han caído en un pozo o pasan por dificultades.

No quiero vivir entre rejas y con una puerta con tres cerraduras. La seguridad que yo quiero no es la de tener un buen candado para atar la bicicleta sino tener la seguridad de que la puedo dejar sin atar y no pasa nada, un entorno seguro que se consigue cuidando a las personas, no poniendo rejas y cámaras.


Autor del articulo: Pere Vidal - Regidor de la CUP de Valls